Don Joaquín Gastón Maluenda Quezada.
Estimado Don Gaspar, quiero agradecer por su dedicación a escribir sobre el Circo y sus Personajes y en especial en esta oportunidad que lo hace sobre mi querido Padre el Tony Tachuela, por supuesto que esta autorizado y tambien le sugiero que siga escribiendo sobre tan importantes personajes del Circo Chileno, que después de ser estrellas del Circo , Mueren en el Anonimato no acordándose mas de ellos, tal como lo describe el Poema La Poesía del Tony «Quizás cuando el Tony Muera, todos lo echen al Olvido y de aquel que han reído ni se acordaran siquiera, cual música pasajera que lentamente se va ni recuerdo quedara que contraste de la vida como de todos se olvidan del Tony tambien se olvidaran«
Muchas gracias Señor Critico de Circo Gaspar Altamar de Los Ángeles.
LA RUTA INTANGIBLE E INNOVADORA DEL TONY TACHUELA
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“Tengo que agradecer al señor que me dio agua cuando la necesité, al señor que cooperó en la colecta cuando murió mi padre”. Palabras de Joaquín Maluenda Quezada en su obra: “Recordar es Vivir: Conversaciones con el Tachuela Grande” de Alfonso Garay Silva.
Gaspar Altamar Gallegos
Crítico de Arte Circense.
Su tenue mirada como venida del cielo. Su leve reverencia te da la bienvenida. Todos los días son especiales, por eso de la elegancia de su vestimenta verde, su camisa roja con lunas llenas blancas, sus chalupas finas y especiales para la ocasión, su rostro joven quedó suspendido en el tiempo.
Habita en la colorida carpa que soñó. Te recibe como respetable público, cerca del mar, de la cordillera, del árido desierto. Sembró en tierra fértil las sonrisas que regaló; la melodía de su imperecible trompeta, las acrobacias vencedoras de los diez obstáculos.
Él es sociable, si lo hubieses conocido en vida sería tu incondicional amigo, capaz de entregar lo suyo para hacerte feliz, su corazón benigno como el de un niño. A los tres años lo vistieron de payasito, sintió el llamado de la pista que bajo la carpa tiene un mágico encanto, le pintaron su tierno rostro de ensueño, corrió como jugando, lo recibieron con sonrisas y aplausos. Nace a la vida artística el Tony Tachuela; Gastón Bernardo Maluenda Zúñiga.
Si caminas hacia el hall de ingreso del circo Los Tachuelas, detiene tus pasos por unos segundos, vuelve tu mirada a quien te saluda y recibe en representación de la familia Maluenda. Ahí se inicia desde la tercera generación la autoría del nombre los Tachuelas, una de las raíces que inspiró a su autor don Joaquín Maluenda Quezada la creación de este gran circo, cuyo árbol creció de múltiples frutos; payasos, acróbatas, músicos, trapecistas, pendulistas , malabaristas, motociclistas del globo, equilibristas, bailarinas, cantantes. Hijos, nietos y biznietos del emblemático Tony Tachuela, uno de los veinte mejores payasos del Circo del Tony Caluga, coetáneo de Rabanito, Remolino, Canario, Coligue, Panqueque, Zapatín, Chocolito, el Pollo Pérez, entre otros.
Ahí te espera, uno de los mejores trompetistas del circo chileno, sus melodías asombraban en los modestos y grandes circos, en las orquestas sinfónicas, en la sonora del Jardín del Rosedal, en la celebración de la clasificación de Chile al mundial de Inglaterra. La combinación de los sonidos en la esfera de su inspiración. ¡ Cuál poeta de la música!, continuador de la tradición ancestral del circo chileno, emblema del payaso que deleita el arte de la música con su trompeta, corriente sonora, como el agua del manantial que bebieron sus continuadores; Miky Maluenda del circo “Los Maluendas”, Tuti fruti del circo “Los Hermanos Caballero” y Pastelito del circo “ Pastelito y Tachuela Chico”.
Los herederos de la perfección de su arte, de su incondicional pasión y amor por el circo. La herencia intangible se cierne desde niño, naciente a la vida del arte circense como el juego con su destino ya trazado, inspirado en sus ascendientes.
El Tony Tachuela camina hacia el Teatro de Piedra, en su mano acogedora la de su hijo Tachuelín, con sus pasitos apresurados, pleno de felicidad y admiración por su padre revisa la rutina; “El Muerto Vivo”, le gusta el juego de hacerse el muerto, lo deja caer con la suavidad de una pluma, lo levanta y lo deja lanzarse al vacío, todo se hace risas, las almas se desbordan de alegría, no hay espacio para el silencio, el aplauso lo invade.
A los treinta y ocho años se apagó su sonrisa, el toque del silencio cerró lentamente sus ojos, más de alguna lágrima quebró la sonrisa para dejar paso al llanto. Su partida se cubrió de tristeza, cuando los presidentes del Sindicato circense le negaron el legítimo derecho que le correspondía de ser sepultado en el mausoleo de los artistas circenses.
Sólo fue un silencio pasajero, la luz hizo germinar su legado, ¡cuál semilla, nace la espiga cargada de trigo! Los primeros que alimentaron el alma del público fueron sus hijos Joaquín y Agustín, Tachuela y Pastelito. Después de haber obtenido como dúo el premio: “EL Globo de Oro”, el empresario Enrique Venturino los reclutó como figuras estelares del Circo “Las Águilas Humanas y los publicitó como los payasos Muff y Jeff, lo cual en honor a su padre no lo aceptaron. Sin embargo, atendiendo a la solicitud de Tachuela y Pastelito los publicitó como “Los Tachuelas”. Estamos ante el mejor dúo de payasos del circo chileno, el tiempo, ni nadie ha logrado borrar su legado, que como raíz indeleble aún florece en el alma del pueblo chileno.
Los Tachuelas, creadores de sus rutinas, donde el Tachuela Chico, un genio de la improvisación, rompe los sintagmas lingüísticos, para reemplazarlos con caídas, gritos, saltos, acrobacias, palmetazos, bailes, mientras su hermano El Tachuela Grande con su acentuada formalidad trata desesperadamente de ordenar a su hermano menor, pero nunca lo consiguió y el público se ríe de este genial juego. Un dúo indisoluble, aunque el Tachuela Chico continúa actuando, reemplazando a su hermano por un maestro de pista, no es lo mismo, el Tachuela Grande es irremplazable, lo mismo el Tachuela chico;
La ruta intangible e innovadora que legó el Tony Tachuela sigue su crecimiento en el Tachuela Jr.,Elías Maluenda González y Tachuelín, Joaquín Maluenda González, hijos del Tachuela Grande, si bien mantienen la tradicional pintura en sus rostros, cultivan como David Larible, considerado por la crítica el mejor payaso del mundo, la permanente creación de rutinas basadas en la vida cotidiana de la gente: la existencia en la sociedad de la pobreza, el auto antiguo que nos acarrea una locura de preocupaciones, la mala atención del garzón, el ratón que perturba la cotidianidad del hogar, las baquetas de la batería como signos de la comunicación recíproca, el descubrir que la magia es tan sólo un pasajero encanto, todas parodias basadas en lo que nos ocurre a diario. Otro elemento en sus rutinas es la expresión de sentimiento en sus rostros: tristeza, alegría, asombro, miedo, ira, asco. Un tercer elemento es la integración de la música y el canto. Y el último elemento es la movilidad corporal y la comunicación recíproca con el público. La combinación de estos elementos del arte le otorga a ambos payasos originalidad y el sello de permanentes innovadores del arte circense.
Pastelito, formado como artista en el circo Los Tachuelas, en parte es una réplica de su padre el Tachuela Chico, por “el don” de la improvisación, quiebra la estructura del lenguaje tanto en el significante como en el significado, reemplazándolo en algunos episodios por gritos, soplidos, repetición de monosílabos . Siempre se apoya por un maestro de pista, de quien se burla y se relaciona para darle significado a su actuación A esto se agrega la hiperactividad en la pista, corre, simula movimientos descoordinados en su rostro, en su cuerpo y procura la comunicación recíproca con el público, levantando los brazos para motivar la participación. Interpreta variados instrumentos musicales, habilidad que heredó de su abuelo el Tony Tachuela.
El hijo de Tachuela Jr., Elías Maluenda Lorca es el niño prodigio del arte circense, talentoso acróbata y payasito del circo “Los Tachuelas”, a su temprana edad se desenvuelve con toda naturalidad, entusiasmo y protagonismo en la pista y se vislumbra como una de las futuras estrellas del circo chileno.
El Tony Tachuela:- ¿en dónde está ahora?,- en el circo “Los Tachuelas”- ahí está el buen amigo, el viajero sin fin, el que deleitó con la armonía de la música, el que regalaba campanadas de alegría. Ahí está ante vosotros, sus hijos, nietos y bisnietos, para que no lo tengáis en el olvido, escúchelo como el canto del mar, como el silbido del viento en el desierto, como el sonido de la lluvia en la cordillera, como aquello que nunca se apaga, ni perece.
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HOMENAJE AL MATRIMONIO MALUENDA QUEZADA QUE DIERON ORIGEN A LA DINASTIA TACHUELAS
Casamiento en los Espejo en el 1951 bajo la Carpa del Circo Estrellas de Fieras de la Familia Maluenda
Paradero 1 de Gran Avenida Elsa Quezada Los Tachuelas y Felipe Camiroaga