Don Rubén y su nieto Anru CaballeroExcelente el programa del Domindo 1 de Nov. de La Leona Tv., la entrevista a la familia Caballero, en especial al patriarca de la familia, don Rubén Caballero, con humildad expresó que él concibe la vida con objetivos claros y los medios para lograrlo.La vida propiamente tal que se conjuga con la formación artística; disciplina, perseverancia y una actitud positiva, no al negacionismo, si se lo propone y tiene el talento lo va a lograr.Es un hombre humilde que nada le llegó del cielo y que sigue adelante con su proyecto de vida. Una invitación a ser humildes, a no presumir fantasías, ni adulaciones, a ser positivos.Ahora está recibiendo la gratitud de la familia que creó, su nieto que rompió la lógica de los trapecios, a los doce años logra el ejercicio más anhelado; el cuádruple.Ya tienen la mirada centrada en las cinco vueltas.Anru tiene el talento de la velocidad en las cuatro vueltas.
Su abuelo y su padre Luis Caballero son los creadores de este nuevo talento, que está en pleno proceso de desarrollo, de crecimiento.Si sumamos a Juan Cebolla su Primo , estamos ante el quinto cuádruple en la familia Caballero, agregamos a Rubén, padre e hijo, Luis y su hijo Anru. No podemos dejar de nombrar a Isabel y Verónica, históricas en el triple femenino. Y tambièn a Marco, el cacher que tuvo la virtud de atrapar a Anru en el cuádruple.Anru escribió una historia que nadie imaginó, ni previó, él lo asimila con la naturalidad de un niño, nada lo hace sentirse estrella, es como la familia Caballero, tiene en su rostro el sello de la humildad, de la austeridad, se le observa apacible, muy en armonia con su espíritu, no siente ansiedad por contar su hazaña, sólo habla cuando se le pregunta, sus palabras denotan armonía, felicidad.Anru, el niño que nos sorpredió, nos emocionó,.Fue algo inesperado, hermoso para el circo tradicional que vive días difíciles. Una esperanza, el circo viviente espera su apertura para ustedes, el público.Un reconocimiento al programa la Leona Tv. , a su conductor don Joaquín Gastón Maluenda Quezada y a su equipo técnico en la producción.
Gaspar Altamar — Critico de Circo
La vida de circo es una vida de éxito para este empresario latino
Empresario itinerante cuenta su historia de éxito
- RUBEN CABALLERO El Patriarca de la Familia Caballero
- RUBEN CABALLERO El Patriarca de la Familia Caballero
Para Rubén Caballero, separar su vida personal de su vida profesional es prácticamente imposible. Y es que para el empresario latino, el circo es una tradición de familia.
“Nací en el circo”, contó el dueño del Circo Hermanos Caballero. “Desde mis bisabuelos, hasta mis nietos, todos somos parte del circo. Conozco el negocio como a la palma de mi mano y nunca en mi vida pensé dedicarme a otra cosa”, aseguró.
El empresario oriundo de Guadalajara, Jalisco, también conoció a su esposa en el circo, y juntos les trasmitieron su amor por la profesión a sus seis hijas y dos hijos, enseñándoles desde un comienzo los secretos de trapecistas, acróbatas, malabaristas y payasos.
Treinta cinco años atrás, la pareja y sus ocho hijos decidieron probar suerte en el país del norte.
“Vine decidido a trabajar duro”, recordó el empresario de 73 años de edad y orgulloso abuelo de 20 nietos. “Desde un principio, me dediqué un 100% a mi profesión”. Caballero encontró empleo en un circo norteamericano, donde trabajó como acróbata, trapecista y malabarista durante cinco años.
En 1985, llegó la primera invitación del Príncipe Rainiero de Mónaco para participar en el Festival Mundial de Circo, que aún se realiza cada año en Montecarlo. Los Caballero volverían a participar en una segunda oportunidad, 10 años después.
“El festival de Montecarlo es uno de los mayores escalones en el mundo del circo”, explicó el empresario. Caballero comparó el evento con los campeonatos de fútbol que les dan a los jugadores y participantes la oportunidad de foguearse y aprender de los mejores del mundo.
A partir de entonces, la familia entera comenzó a viajar por el mundo.
“Trabajamos en Alemania e Inglaterra y nos quedamos 5 años trabajando en Japón, para el Circo de Moscú”. Cuando estaba en Japón, el empresario recibió una oferta para trabajar en el Circus Circus de Las Vegas. Caballero también trabajó 6 años para el circo Ringling Brothers.
“Fue en Las Vegas que nació la idea de tener mi propio circo”, recordó. “Despacito comenzamos a crear nuestro propio equipo y con el dinero que pudimos ahorrar, logramos hacerlo”. Desde hace 15 años, el circo de los hermanos Caballero presenta su espectáculo itinerante alrededor país. Tres años atrás, los Caballero comenzaron un segundo circo.
“Tener mi propio circo en este gran país siempre fue el sueño más grande de mi vida”, compartió.
Trabajo y honestidad
“Cuando trabajas duro y amas lo que haces, nunca va a faltarte el dinero y siempre vas a tener de qué vivir”, opinó Caballero. Según el empresario, la base de un negocio y la única manera de alcanzar los objetivos que uno se propone radica en la tenacidad.
Caballero también destacó la importancia de la honestidad en los negocios. “Cuando eres sincero, y le tienes cariño a lo que haces, se te abren hasta las puertas que parecían herméticamente cerradas. Trabajo y honestidad parecen palabras pequeñas y simples, pero son muy efectivas. No hay otro secreto”.
“El sueño americano sí existe”, opinó refiriéndose a las oportunidades de trabajo que encontró en EEUU.
“Este país me enseñó a que nadie es mejor que nadie. Todos somos iguales y el tener más, o tener una mejor posición no te da derecho a humillar ni tratar mal a nadie. En el circo todos trabajamos. Todos somos carpinteros, pintores, choferes y mecánicos. Hacemos lo que haga falta hacer”.
“La familia Caballero es conocida por ser los mejores trapecistas del mundo”, indicó el empresario. “Con cada instalación, queremos ofrecer un espectáculo de calidad para que mi gente pueda sentirse orgullosa del talento latino”.
“El circo es un espectáculo sin comparación”, opinó Caballero. “Hay gente que cree que hay que ser niño para disfrutar el espectáculo, pero eso no es cierto. De 1 a 100 años, todos se divierten en el circo